Esta es parte de Nuestra historia…
El Instituto San Juan Bautista es obra del Padre Juan Santolin, quien comenzó un camino largo y no exento de dificultades y vicisitudes. Él consideró seriamente la necesidad de dotar a la Iglesia de un Colegio Parroquial, a efectos de promover la enseñanza y la educación Cristiana a la niñez y juventud comprendidas en el ámbito de la jurisdicción de San Juan Bautista.
El Instituto San Juan Bautista es obra del Padre Juan Santolin, quien comenzó un camino largo y no exento de dificultades y vicisitudes. Él consideró seriamente la necesidad de dotar a la Iglesia de un Colegio Parroquial, a efectos de promover la enseñanza y la educación Cristiana a la niñez y juventud comprendidas en el ámbito de la jurisdicción de San Juan Bautista.
El Colegio de las Hermanas Franciscanas “Nuestra Señora del Sagrado Corazón“ ya estaba realizando en parte esta tarea, pero únicamente para las niñas y hasta cuarto grado para varones, por lo tanto, debía crearse uno para varones que los incluyera hasta finalizar la primaria.
La casa Parroquial, en estado precario, contaba con un terreno de regular superficie y un campito detrás del templo, que se utilizaba para deportes en forma ocasional. Nuestro párroco consideró esa superficie como una excelente providencia para levantar allí el deseado colegio, y sin pérdida de tiempo comenzó los trámites correspondientes con la colaboración de las hermanas Franciscanas y algunos vecinos.
En marzo de 1962, el ciclo escolar primario inició su primer curso con dos divisiones y 62 alumnos. En años sucesivos, se fueron completando todas las divisiones, hasta llegar hoy a veintiocho secciones de grados con 1.015 alumnos. Su sede, con planta baja y dos pisos, está en la calle 25 de Mayo, al lado de la Iglesia.
Con él correr de los años se creó el jardín de Infantes (nivel Inicial), mixto, que funcionaba en el mismo edificio de la Escuela Primaria (Pre-escolar, reconocido el 24 de noviembre de 1970).
Sus necesidades y condiciones especiales obligaron a adquirir dos casas sobre la calle Bourel, detrás de la Iglesia, que fueron demolidas. En su lugar se levantó una construcción moderna y funcional para recibir a los pequeños. Hoy este jardín cuenta con seis secciones y 182 niños.
La Escuela Secundaria
A pesar de lo arduo, difícil y costoso de la tarea, (en razón del variado y debido equipamiento de talleres), nuestro Párroco no se amilanó, y con la colaboración de caracterizados vecinos y con asesoramiento de un experimentado y brillante profesor de la Escuela Industrial de la Nación “Otto Krause”, el ingeniero Hugo Pantolini, se lanzó a la gran aventura.
Los años 1964 y 65, fueron de trabajo duro, pero la mano de Dios estaba presente, y así es que el 14 de marzo de 1966, vio abrir sus puertas la primera Escuela Industrial de Florencio Varela, bajo la advocación de “San Juan Bautista“, con un ciclo básico de, dos divisiones y 72 alumnos en horario diurno.
Quince años después, la escuela ya tenía quince divisiones y un alumnado de 552 jóvenes.
En 1973, se inicia el Ciclo Superior de cuatro años, en la especialidad Mecánica, según el plan Conet 1574/65, en horario nocturno. En 1975 se implementó un ciclo superior en horario diurno de 3 años de duración.
El primer taller ocupaba una superficie de 60 metros cuadrados (actualmente posee 800 metros cuadrados repletos de maquinarias).
En el otro cuerpo del amplio edificio de planta baja y dos pisos que da sobre la calle Maipú, al costado de la iglesia, funcionan las instalaciones del ciclo secundario, entre las cuales podemos destacar el laboratorio de física y química que cuenta con un instrumental moderno y variado, como así también el de metrología y metalografía.
En 1980, por Resolución 1941/80 del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, la Escuela fue afectada al régimen de profesores asignados por cargo docente (Ley N 19.514), sistema que comenzó a regir en 1981. Este plan permitía el funcionamiento, dentro de la escuela, el gabinete Psicopedagógico, integrado por un asesor pedagógico y un psicólogo. Las ventajas de este régimen se tradujeron en beneficios concretos y específicos, tales como, la posibilidad de orientación de los jóvenes en lo que respecta a su problemática personal, la atención de las individualidades de los alumnos en función de su aprendizaje, la implementaron de modernas estrategias metodológicas, el perfeccionamien-to docente en servicio y la elaboración de un proyecto pedagógico de acuerdo con las características propias de la Escuela. Un gran logro de este sistema fue la considerable disminución de la deserción escolar.
En 1985, la Escuela inaugura su primer gabinete de computación con cinco unidades de micro-computación y un equipo profesional.
Debido a las limitaciones que presentaba la educación técnica en la formación humanista de los jóvenes y adolescentes, y los escasos momentos educativos en contacto con la naturaleza, entre los años 1991 y 1995, se llevaron a cabo los campamentos educativos. Mediante esta actividad los alumnos lograron compartir experiencias con compañeros, docentes y directivos, fortaleciendo las relaciones existentes y creando nuevos vínculos, además nuestros jóvenes reconocieron como algo valioso el desarrollo de una vida sana en contacto con la naturaleza y fortalecieron la responsabilidad a través de la ejecución de distintas tareas.
En 1999, con el advenimiento de la Ley Federal, la escuela incorpora la modalidad de Comunicación, Arte y Diseño. Siempre con la mirada puesta en lo procedimental (el saber hacer), y en que sus alumnos tomen contacto con aquellos saberes que les permitan la inserción en el mundo del trabajo, se decide instalar un Set de Video equipado con cámaras digitales y todas las instalaciones propias de un estudio profesional; allí los alumnos comienzan a filmar y editar videos. Paralelamente, se anexa una sala multimedia, con el fin de desarrollar los contenidos referidos al tratamiento de la imagen y el sonido digital.
Las artes plásticas comienzan a tener su espacio en la escuela, y año a año, con el arduo trabajo de docentes y alumnos, los murales, relieves, mosaicos y cuadros embellecen y dan color a pasillos y espacios públicos.
La música empieza a sonar en actos y exposiciones; coros y grupos musicales se hacen oír en verdaderos ejemplos de integración de edades y modalidades.
Fundamentada en la idea de apertura a la comunidad, la Escuela organiza desde 1976 exposiciones de los trabajos y actividades realizadas por los alumnos, en importantes muestras denominadas Expoactivas.
El Sábado de las Artes, en 1998, se suma a la tradicional ExpoActiva, y convoca a la familia grande del Instituto. Participan en él alumnos, docentes, ex alumnos, familiares que comparten sus dotes para las diversas expresiones artísticas.
Actualmente, la Escuela cuenta con veinticinco divisiones y 750 alumnos.
Es la única en su especialidad técnica en el Obispado de Quilmes; sus egresados son requeridos por las empresas e industrias de la zona; y año a año son muchas las familias que deciden darnos la responsabilidad de coeducar con ellas a sus hijos. La búsqueda de la excelencia educativa y de la formación de personas integras, le dan a nuestro Instituto un lugar muy importante en la educación de nuestro partido.